martes, 21 de marzo de 2023

¿Qué es la Edad de Piedra?

Cuando nos encontramos en el campo de la geología, las divisiones temporales se realizan en base a eras; mientras que, en el campo de la historia, las divisiones más amplias se hacen en edades. Además, en la historia hay un punto de inflexión transcendental: el invento de la escritura y todo lo que trajo consigo.

De esta forma, la historia de la humanidad se ha dividido en dos partes fundamentales: la prehistoria (anterior a los documentos escritos) y la historia (posterior a los documentos escritos). Dentro de cada una de ellas, se han hecho divisiones en edades atendiendo a acontecimientos importantes que pueden servir como iconos de cambios.

En el eje cronológico aproximado se puede ver el hilo temporal de una manera más clara:

 


 

En el caso de la prehistoria, se ha dividido en dos edades: la Edad de Piedra y la Edad de los Metales. Tanto la una como la otra, se dividen a su vez en tres períodos.

En lo referente a la Edad de Piedra o Etapa Lítica, se puede señalar que comienza con la aparición de los seres humanos (hace entre 3.000.000 y 2.500.000 de años) hasta que estos comenzaron a emplear metales como materiales fundamentales (sobre el año 5.000 a. C. aproximadamente).

Es importante tener en cuenta, más aún cuando no se tienen documentos escritos, que las cosas no suceden de la noche a la mañana; por lo que es muy probable que las fechas difieran de unas lecturas a otras. Siempre se dan cifras aproximadas del momento en el que los seres humanos pasan de una etapa a otra.

Durante este tiempo, nuestros primeros antepasados lograron muchos avances en el conocimiento del medio, de ellos mismos y de lo que podría trascenderles. De hecho, evolucionaron hasta ser como somos en la actualidad, anatómica e intelectualmente.

La siguiente imagen ayuda a situar la Edad de Piedra dentro de la prehistoria y a organizar sus propias subdivisiones:


 

Como se ha visto en el eje cronológico del principio, la Edad de Piedra es sustantivamente más amplia que las demás, ya que a medida que ha evolucionado el ser humano se han ido acortando. Cronológicamente, sus subdivisiones son:

  • Paleolítico: desde la aparición del ser humano hasta los cambios que trajo la última glaciación que sufrió la Tierra.
  • Mesolítico: la subdivisión más corta, que sirvió como transición entre la etapa anterior (el Paleolítico) y la siguiente (el Neolítico).
  • Neolítico: última parte de la Edad de Piedra y la auténtica revolución prehistórica 

En todos los casos, y como es de suponer por su nombre, todos los períodos de la Edad de Piedra se caracterizan por el empleo de las piedras como material principal de fabricación y construcción: tallada, lascada o pulimentada. Esto no quiere decir que la madera, las pieles y el barro, por ejemplo, no formasen parte del inventario de materiales; pero el reinado de la piedra se entiende como indiscutible.

Hagamos un primer alto en nuestro camino a través del conocimiento de la Edad de Piedra para dejarla bien situada gracias a los siguientes recursos que te ofrecemos.



¿Cuál es el origen de la Edad de Piedra?

La prehistoria, la Edad de Piedra y, por consiguiente, el Paleolítico comenzaron cuando surgieron los homínidos como especie proveniente de los primates y con la posibilidad de andar erguidos. Esta característica les llevó a bajarse de los árboles y caminar de manera que pudiesen ver mejor lo que tenían alrededor, una “apertura de miras” en toda regla como se suele decir.


 

¿Cuáles son las características principales de la Edad de Piedra?

Para ver en profundidad este apartado tendríamos que detenernos en cada una de sus etapas e, incluso, en cada una de sus subetapas. Sin embargo, podemos lanzar una serie de características que, a grandes rasgos, nos lleven a saber lo que aconteció y cómo fue.

  • Evolución de la especie humana:

Nos encontramos con el Ardipithecus y el Austrolopitecus como antecesores de estos homínidos primigenios que comienzan su andadura y evolución durante todo el Paleolítico: desde los Homo habilis (hombre hábil), pasando por otras especies como el Homo erectus (su nombre le viene porque consiguió caminar erguido del todo) y el Homo de Neanderthal (se adaptó para sobrevivir en climas muy fríos) para llegar al Homo sapiens (con sus características más parecidas al ser humano actual). En este punto nos encontramos cuando acontece el fin del Paleolítico y el inicio del Mesolítico y el Neolítico.


 

  • Del nomadismo al sedentarismo:

Los grupos humanos comenzaron siendo pequeños y nómadas, es decir, sin vivienda fija. Se desplazaban en busca de agua, alimentos y condiciones menos adversas para vivir en lo referente al clima. En el momento en que comenzaban a escasear dichas condiciones, buscaban otro lugar para comenzar. Esto duró hasta que el tiempo mejoró, observaron y empezaron a practicar la agricultura y la ganadería, lo cual trajo consigo el sedentarismo o, lo que es lo mismo, el asentamiento de manera permanente en un sitio.


 

  • Los cambios climáticos:

Parte del paso al sedentarismo tiene que ver con este punto. El ser humano tuvo que adaptarse a vivir con temperaturas muy frías e, incluso, con glaciación. Sin embargo, al inicio del Mesolítico este tiempo cambió, las temperaturas se elevaron hasta llegar a unas parecidas a las actuales y con ellas vinieron la evolución de especies, tanto en flora como en fauna, y el progreso de la humanidad.

 


  • Descubrimientos trascendentales:

Aunque haga millones de años, hay una serie de descubrimientos e inventos que seguimos empleando en nuestros días y que forman parte fundamental de la vida cotidiana, tal cual ocurría entonces. Nos referimos, por ejemplo, a la conquista del fuego, la invención de la rueda, los primeros “calendarios” estacionales, el molino para moler cereales, el trueque como comercio, la cerámica, el cultivo de las tierras y la cría de animales como ganadería…


 

  • Las armas para cazar, para defenderse y de uso doméstico:

Como ya se ha mencionado, el material principal era la piedra. Con ella y otros que se fueron añadiendo, se crearon armas para cazar, primero en grupo y muy rudimentarias, para pasar a otras más sofisticadas como el arco y la flecha. Estas armas servían también para defenderse y defender los intereses propios de otros grupos de seres humanos, además de emplearse en la ejecución de tareas como preparar las presas para su ingesta o extraer sus pieles para abrigarse, recoger determinados frutos…

 


  • Cambios alimenticios:

Los homínidos pasaron de ser herbívoros a cazar y pescar, con lo que se volvieron principalmente carnívoros. Esto sucedió por la necesidad de un aporte energético mayor para desarrollar sus actividades y ganarle el pulso al clima gélido. Más tarde, al poder cultivar plantas y criar animales, la dieta se enriqueció y se hizo más variada, de forma que los seres humanos obtuvieron su condición de seres completamente omnívoros.


 

  • Las primeras muestras de arte:

Para estar la humanidad en sus inicios, nos encontramos con un abanico amplio de muestras de que el ser humano siempre ha tenido la necesidad de expresarse.

Hay restos de pinturas rupestres (dibujos en las paredes de las cuevas), decoraciones de cerámica y de piedra, pequeñas estatuillas o grandes bloques de piedra dispuestos con un simbolismo (menhires, dólmenes…).

La forma de construir las primeras viviendas con palos y rocas de manera improvisada dio paso a las casas más elaboradas y estables del final del Neolítico.

También merecen ser citadas la música y la danza que hacen su aparición como parte de rituales o como entretenimiento.


 

  • Surgimiento de las creencias místicas o religiosas:

El testimonio que el arte y los descubrimientos arqueológicos dan, vienen a mostrarnos que llevaban a cabo enterramientos, rituales y ofrendas. Además, tenían estatuillas a las que veneraban y creencias en torno a lo que sucedía o las necesidades que se tenían al fallecer.


 

 

  • Creación de las primeras “ciudades”:

Tras una larga evolución a través del Paleolítico, el Mesolítico y buena parte del Neolítico, las personas empezaron a organizarse y diferenciarse, creando verdaderas comunidades parecidas a lo que más tarde, y con algo más de evolución, se conoce como ciudades.

 

  • Primeras muestras de una lengua:

Una lengua construida como código de signos estructurado que surgió ante la necesidad de contarse lo vivido y pasar de unos a otros los conocimientos adquiridos. De hecho, se empiezan a tener esbozos de matemáticas con la llegada de la agricultura y la ganadería que proporcionaban excedentes.

 


 

¿Cuál es la importancia de la Edad de Piedra?

Todas las edades históricas, ya pertenezcan a la prehistoria o a la historia, son fundamentales y trascendentes para construir los porqués de quienes somos y de cómo va el planeta hoy en día.

Entre todas, la Edad de Piedra destaca por ser la primera, por ser el motor de arranque de la humanidad. En ella se marcan las pautas que se irán desarrollando y que aún están en evolución en nuestros días. Además, acontece la última glaciación terrestre, la evolución del ser humano hasta el Homo sapiens y la primera gran revolución a todos los niveles en el Neolítico.

Desde luego, resulta todo un abanico de razones por las que entender la gran importancia de esta extensa y especial etapa.

 

¿Qué marca el fin de la Edad de Piedra y el comienzo de la Edad de los Metales?

Al inicio del texto, para contextualizar esta parte de la prehistoria, ya se mencionó que el punto de inflexión principal que lleva a la idea de cambio entre una edad y otra son los metales: el momento en que el ser humano empieza a utilizar los metales para su propio beneficio y los moldea y conforma a su gusto. De esta forma, la piedra comienza a perder su protagonismo para darle paso a otros materiales ofrecidos igualmente por la Tierra y que el ser humano aprende a fundir y modelar.

 Tomado de:

mundoprimaria.com/recursos-historia/edad-de-piedra